sábado, 15 de junio de 2013

El portador de estrellas

Quinta parte:
El tiempo pareció congelarse, Lizzie podía sentir el pulso en sus oídos. "No, no, no"  fue lo único que pudo pensar. Si Tomas le pedía matrimonio, ella no podría negarse, aunque eso significara que su historia con Orión llegaría a su término muy pronto.
Tomas tomó una profunda respiración y la miró a los ojos con determinación, parecía como si toda su timidez se hubiera esfumado.
"He visto a muchos matrimonios concertados antes, muchos son felices, unos pocos no...pero lo cierto es que la mayoría tarda un tiempo en acostumbrarse a su pareja, ya que es una imposición estar con ella. No quiero que sea así para nosotros, no quiero ni siquiera plantear la posibilidad de que me odies por verte obligada a convivir conmigo. Quiero demostrarte quién soy, quién puedo llegar a ser, qué puedo darte, y por supuesto no estoy hablando de terrenos ni dinero...quiero ser el hombre de tu vida y sobretodo, quiero que tu desees que lo sea. Por eso debo preguntarte, ¿me dejarás saltarme las tradiciones y conquistarte antes de que tú y sólo tú seas la que decida cuándo casarte conmigo?"
Sólo se escuchaba el crepitar del fuego, la muchacha no sabía qué decir. Estaba claro que Tomas no era un chico del montón como ella siempre había supuesto. Quería amarla, y que ella le amase de igual modo; le daba igual hacer esperar a sus familias con tal de que Lizzie fuera feliz a su lado. Nadie, jamás, había tenido tal consideración con ella.
Pero antes de que si quiera pudiera expresarle todo el agradecimiento que sentía en su interior, la puerta se abrió de par en par y entraron en la habitación los Rencs.
"¡Tomas, has conseguido encontrar a Lizzie!" dijo Sylvia con gran alivio "temía que te helaras ahí fuera y enfermaras gravemente, gracias al cielo que ambos os encontráis bien"
"Elizabeth, sé que debéis estar aturdida, pero es crucial que hablemos cuanto antes" dijo Matthew
"Por favor padre, apenas se ha recuperado del susto, dejad que entre en calor al menos"
"Beatrice, trae unas mantas y prepara una infusión para la señorita" ordenó Matthew "Lizzie, creo que será mejor que te sientes"
Ella así lo hizo, en cuanto Beatrice salió de la habitación, su futuro suegro comenzó a hablar. Le explicó que su padre y él habían tenido una fuerte discusión y que él había amenazado con sacarla de la vivienda esa misma noche, fue ahí cuando Matthew, temiendo por el bienestar de la muchacha, había rogado a su padre que reconsiderara la idea de marcharse hasta por la mañana, ya que el intenso frío no permitiría avanzar a los caballos la suficiente distancia como para volver a su casa. Tras mucho discutir, su padre aceptó la oferta de permanecer en la casa hasta que el tiempo fuera favorable, no sin antes sacar algún provecho. El señor Rencs tuvo que acordar cederle una de sus propiedades al señor Parker cuando los hijos de ambos contrajeran matrimonio.
"No...no puedo creer que mi padre haya hecho eso"
"Lo sé, Lizzie. Pero haría cualquier cosa con tal de alejarte de sus palabras. Por ahora he comprado un par de noches...es la primera vez que deseo que el tiempo arrecie"
"Matthew, agradezco mucho sus esfuerzos, pero creo que ambos sabemos que tarde o temprano tendré que marcharme"
"Lo sé querida...pero espero que para entonces las cosas sean distintas" dijo, mirando a su hijo con una mirada más que significativa.
"Pienso que todos, especialmente Elizabeth, deberíamos dar la jornada por concluida" dijo Sylvia tras un silencio.
Y así lo hicieron. Cada uno subió las escaleras pensando en sus propios asuntos: Sylvia preocupada por el impacto que la velada hubiera tenido en Lizzie, Matthew en las distintas maneras de convencer al señor Parks de que debía quedarse...y cuánto le costaría, Tomas en que Lizzie no había podido responder su proposición y ésta última se preguntaba si algo de lo acontecido en la última semana era real.
Esta vez Elizabeth no rechazó la ayuda de Beatrice, ella le ayudó con el vestido, le hizo una trenza y se abstuvo de hacer comentarios cuando no pudo devolver el broche a su caja. Justo cuando Lizzie se había tumbado en la cama y cerraba los ojos se escuchó una voz.
"Nací en el Norte de Europa hace millones de años, sólo que por aquel entonces no se conocía como Europa, claro."

No hay comentarios:

Publicar un comentario