miércoles, 23 de mayo de 2012

En un círculo, el comienzo y el final coinciden.

Nos acercamos hacia un final y al mismo tiempo nos aproximamos a un nuevo comienzo, pero ¿no es la vida en sí un continuo conjunto de principios y finales encadenados?, ¿no debe acaso finalizar la noche para dar paso al día?, ¿No debe acabar una vida para que empiece otra? Como trataba de explicarle Mufasa a Simba en esa película que adoro "Todos formamos parte de un círculo. Los antílopes de comes la hierba, y nosotros a los antílopes...y algún día yo moriré y mi cuerpo alimentará la tierra donde crece la hierba. Es un ciclo sin fin".
Desafortunadamente todo termina, pero eso no significa que todo se quede aquí, siempre nos quedarán los buenos y malos recuerdos, listos para sacarnos una sonrisa o atormentarnos...pero yo siempre intentaré tener presente los mejores, guardándolos en mi cajón privado, donde nunca nadie los pueda ensuciar. Así que cada vez que oiga a The Beatles pensaré en José, cuando vea una botella (ya sea de ron, vodka...etc) pensaré en las numerosas tardes y las incontables risas con el CRPE, cada vez que coma croquetas me acordaré de Ana, cada vez que me duela la cabeza por el frío me acordaré de cómo me la abrí y de la gente de atletismo (Edgar, Judith...) Así que sí, esto se acaba, pero aún nos quedan infinitos momentos por recordar y sobre todo, por vivir.

domingo, 6 de mayo de 2012

El amor y el odio no son ciegos, sino que están cegados por el fuego que llevan dentro.

Arder, arder hasta quedar reducida a cenizas, que el viento disperse los pedazos restantes de mí para viajar, viajar al comienzo, al final, al círculo donde  todo está girando, donde todo ha girado desde siempre. Y cuando no sea más que partículas en suspensión por el espacio infinito, resurgir para volver a ti una vez más, para volver a coger tu mano, para sentir de nuevo tu cara junto a la mía...y susurrarte lo que debía haber dicho antes de abrasarme, antes de que el fuego destruyera cada centímetro de mí, antes de perder la oportunidad de pedirte que acabaras con la angustia que me atrapaba en tus brazos, antes de ese beso que nunca llegó.