1 de enero de 2013:
Por primera vez en muchos días no me despierta la claridad, ni el frío, ni los gritos de mi madre diciendo que ya es suficientemente tarde...lo que me saca de los brazos de Morfeo son tus labios contra los míos, que en un principio se mueven mecánicamente, pero a medida que pasan los segundos todo cobra un poco más de forma y bajo del mundo de los sueños para entrar en la realidad que, después de muchos oscuros meses, es aún mejor que cualquier fantasía.
"Cómo ha cambiado la vida en sólo un año" es un pensamiento que me suelo repetir, ya que lo más interesante que hice la primera mañana del enero pasado fue ver una película. Y es que mi vida empezó a girar a partir de febrero, pero no fue hasta la noche de mi cumpleaños, allá por finales de mayo, cuando realmente se dio la vuelta para, esperemos, nunca volver a su posición original. Mi metamorfosis aletargada durante dos años comenzó entonces, a un ritmo frenético que no creo que mucha gente pudiera soportar sin volverse completamente loco, y es que no se pasa de chica deprimida y sola a desenvolverse como nadie en lo que a la vida social se refiere en poco tiempo, "no se nace mariposa" comentó mi mejor amigo cuando le expresé mis dudas, el primer día de julio, ante tanto cambio.
Dos mil doce, ya desde el principio se planteaba como un año importante en mi vida, dejaría atrás la minoría de edad y me uniría a un mundo de derechos...y sobretodo deberes. Lo que no esperaba es que se planteara como el año en el que tendría que decidir entre quedarme como estaba o cambiar radicalmente y descubrir a una nueva yo (personalidad que sospecho llevaba encerrada en mí mucho tiempo). En cuestión de unas semanas dejé de ser la persona triste a la que todo el mundo parecía haberse acostumbrado a ser alguien terriblemente opuesto. Le dije adiós a mi timidez, seguí los consejos de alguien que tras meses intentándolo, por fin conseguía sacarme de mi atolladero y cambié. Cuando la gente me pregunta suelo decir "todos los cambios son buenos" y bien es cierto, cuando estás atascado en un callejón sin salida a veces no hay que cambiar de calle...a veces hay que cambiarse a uno mismo. Sin embargo, a pesar de ser recomendables, todas las decisiones en nuestra vida traen consecuencias, tanto buenas como malas. Y es que cuando era una chica deprimida mi única preocupación era no hundirme aún más en mis problemas, tarea difícil, pero que me correspondía solo a mí, por lo que si fracasaba no importaba. Sin embargo, cuando la amistad ya no es suficiente y te complicas la cabeza con el mundo del amor, sufres mucho, por lo que este nuevo ambiente de vida social también me trajo depresiones que eran mucho más fuertes que las de mi etapa anterior. Sin embargo, citando a Paulo Coelho "la hora más oscura es la que viene antes del amanecer" y cuando estás en lo más hondo del pozo más profundo en el que jamás soñaste caer, cuando menos te lo esperas pero más lo necesitas, llega esa cuerda que te saca de nuevo a la superficie...donde el cielo es ahora más hermoso y las estrellas más brillantes.
Por todo eso te doy las gracias 2012, porque has sido el año de mi cambio, el año que me ha permitido ser quien soy en realidad...y te doy la bienvenida 2013, porque a ti sí que te he disfrutado desde el primer segundo, que empezó con un beso, cogida de la mano con la persona amada.