viernes, 8 de marzo de 2013

El portador de estrellas

Segunda parte:
Lizzie se despertó muy temprano, no le hizo falta abrir los ojos para saber que no era su hora habitual. Fue apenas consciente de que Anna la llevaba al baño, donde la lavó y maquilló sin despegar los labios. Durante todo ese tiempo Lizzie estuvo ensimismada en sus recuerdos de la noche anterior: la conversación con su padre, el golpe en su mejilla (que su sirvienta había conseguido disimular bastante bien), las lágrimas, su desesperada huida, la charla con aquel chico misterioso..."el portador de estrellas" se había autodenominado a sí mismo. Recordaba los últimos momentos de su conversación vagamente, como si de un sueño se tratase.
"Y quizá así fue" se dijo a sí misma. Sin embargo hizo un esfuerzo por rememorar los acontecimientos de la noche anterior. Recordaba el puerto, las burlas del chico sobre su posible trabajo como meretriz del puerto, recordaba su relato sobre Tomas y su padre...un pequeño escalofrío recorrió su espina dorsal de abajo arriba.
"¿Se encuentra bien, señorita?" preguntó Anna.
"¿No te parece un poco hipócrita preguntarme eso después de haberme recogido ayer del suelo y haber maquillado hoy mi cara hinchada?" soltó ella, normalmente habría usado un tono amable con Anna, al fin y al cabo ella había hecho el papel de madre toda su vida.
"Lizzie..." el cepillo paró en seco sobre su pelo.
"Mi nombre es Elizabeth Parks, ¿o deberías llamarme señora Rencs ya? Al fin y al cabo no tengo elección"
Anna no habló, pasó un largo minuto de silencio antes de que Lizzie sintiera una gota cayendo sobre su cabello. Cuando alzó la mirada vio que el rostro de su acompañante estaba totalmente empañado por lágrimas que caían por su rostro como un torrente.
"Anna...yo..." Ni siquiera encontraba las palabras para expresar lo que sentía en aquel momento, se había desahogado con ella, pero había hecho daño a la que era su sirvienta, su madre...y su amiga.
"No se preocupe por mí, señorita Parks, espero que disculpe que no use el apellido Rencs hasta que no esté casada...quiero decir, si es que acepta a Tomas, la ayudaré a vestirse y la dejaré tranquila. A las once vendrá Hugo a buscarla y la ayudará a subir al coche"
"¿Dónde voy?" dijo ella, temiendo que su padre hubiera decidido tras su discusión de ayer llevarla a un internado.
"Ha sido invitada a pasar una velada en la mansión de Linmond de los Rencs, está sólo a una hora de aquí...es mucho más práctico que volver a Rocksfile"
"¿Cuál es el motivo de la velada?"
"Su padre no ha tenido la bondad de comunicármelo señorita, pero supongo que será entonces cuando se produzca"
"¿Cuando se produzca?"
"La pedida de mano.Tomas aún tiene que preguntaros"


El estómago de Lizzie estaba lleno de mariposas mientras subía al coche. Anna la había asustado de verdad, iba a ir a casa de los Rencs, hablar con la encantadora Sylvia Rencs, adorar la impresionante biblioteca de Mathew...y aceptar una condena de por vida atada a Tomas...que no sabría diferenciar un libro de un perro.

"Elizabeth" captó su atención su padre "Imagino que Anna te ha comunicado que hoy es un día importante...conocerás a tus futuros suegros, y puede que Tomas se decida a dar el paso. Espero que no me decepciones con tu respuesta"
"¿Puede que Tomas se decida?...¿es que no es algo definitivo?"
"Por supuesto que sí, Lizzie...sólo que el señorito Rencs es algo...tímido, diría yo"

Lizzie pensó sobre eso un segundo...seguramente Tomas estaba siendo presionado por sus padres para contraer este matrimonio, si no se lo pedía hoy, significaría que él era enormemente tímido, lo que le daría cierta ventaja a la hora de convencer a su padre de que eso era un error. Con esa nueva perspectiva una sonrisa se le dibujó en la cara. Esta noche saldría de dudas y...
"NOCHE" pensó Lizzie, y en un flashback todos los recuerdos de la noche pasada le llegaron de golpe.
"¿El portador de estrelllas?" había preguntado ella
"Sí, hace millones de años fui condenado a colocar todas y cada una de las estrellas del cielo, y a vigilarlas de tal forma que ninguna se precipitase sobre la Tierra" 
"Vale, está claro que estás loco...primero te inventas lo de mi padre y ahora esto"
"¿Crees que te miento?, ¿qué sentido tendría?..."
"No lo sé...¿diversión?, ¿disfrutas riéndote de mí?"
"No señorita Elizabeth, disfruto de muchas cosas de usted, en especial de su visión en ese casi trasparente camisón en esta noche, pero no disfrutaría riéndome de usted...apenas. Dime, ¿has visto alguna vez una estrella fugaz?"
Lizzie se había intentado cubrir tras esa frase, sin embargo respondió, intrigada por su pregunta "Claro, como todo el mundo"
"Pues cada estrella fugaz es un astro perdido...uno que, debido generalmente a un despiste, escapa a mi control...sólo pierdo el control con las cosas bellas, Elizabeth, y tú eres lo más bello que he visto jamás"
Y en el momento que él la miró miles de estrellas fugaces cruzaron el cielo. Lizzie las miró maravillada y horrorizada al mismo tiempo, aquello sólo podía significar que...
"Eres el portador de estrellas" Dijo Lizzie. Lo siguiente que sintió fueron unos brazos soportando su caída ante su desmayo...y haber sido despertada por Anna a la mañana siguiente en su cuarto.

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